DEL ENGAÑO A LA TRISTEZA Y DE LA TRISTEZA AL FRACASO

A que después de leer el titulo de este mi testimonio, pensaste en que lo que leerías a continuación seria una histórica dramática o una tragedia, tengo que decirte que en mi caso estos dos calificativos estuvieron por ser la consecuencia del ciclo causa y efecto de la que para el momento era mi situación, pero que antes de serlo encontré en ellos la mas grande de las promesas y palabras de aliento

“A todo el que oye la palabra del reino y no {la} entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino”.

Mateo 13:19

Sintiéndome ahogado, vencido y derrotado, veía el tiempo pasar y los resultados esperados distantes de mi realidad. Sin saber que hacer u omitir para corregir la dirección al desastre que seguía mi día a día, escuchando palabras de no puedes, esta mal o es una locura; la sensación de estrés en mi corazón aumentaba y los pensamientos negativos, empezaban a prepararme para lo peor, para entregar las promesas de bendición que un día fueron puestas sobre mi nombre.

Pasando por noches de dormir y levantarme sin descansar, casi entrando en depresión, entregado en acción y oración, diciéndome sin creerlo que no debía dejar mi fe y negado a perder por no tratar, tragué saliva y seguí adelante, decidido a estrellarme en el camino, si quien había puesto sobre mi palabra, iba a dejarme esta vez.

Debo confesarte que sentía que moría por dentro en el proceso, lleno de miedo y ansiedad; que cada día que pasaba me hacia sentir mas iluso e inocente, pero que faltando menos de una semana su mano finalmente llegue, personas desconocidas, deseosas de ayudar se reunieron conmigo un sábado para trabajar sin paga, para aconsejarme y darme aliento sin conocerme, para hacer el trabajo por mi. No lo podía creer. Solo me quedaba darle orden y explicarlo.

Aun débil y bajo de animo, me propuse organizar todo para presentarme, llegado el día, con la camisa en la mano y habiendo preparado todo, sintiéndome tan iluso como Josué antes de derrumbar las murallas de la ciudad de Jericó, dando vueltas en alabanza, decidí orar antes de presentarme, y esperar en la línea de concursantes a que tocara mi turno, lleno de decisión entre a enfrentar a un jurado que entre sonrisas calificaba mi presentación, cumplido el tiempo sentí paz.

Sin conocer la respuesta, seguí adelante, listo para el que seria el segundo round en un país diferente, abrumado pensaba en detenerme, sin tener la opción. En el camino, los resultados empezaron a llegar, positivas y negativas, todo continuaba su rumbo, hasta que para mi sorpresa el concurso que había sido mi mayor carga hasta el momento publico los resultados para dejarme descalificado.

Identificándome con la palabra, me sentí incapaz de seguir adelante, descalifique mis gustos, pero sin tiempo para seguir el negativo, conocía mas y mas lugares en el país vecino, en donde un conocido fue usado para darme animo y hablar sin haberlo escuchado antes de Dios y del mundo, de las expectativas y del mejor resultado. El trabajo esforzado, la misión cumplida y calificar el resultado positivo o negativo como el mejor para nosotros.

Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá? Yo, el SEÑOR, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos, para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras.

Jeremías 17:9-10

Decirte que no entendía como terminar sin ganar, podría ser éxito, como participar era ganancia, hasta que vino a mi mente el escenario deportivo, en donde un país celebra como si no hubiera habido nunca algo similar la clasificación a un mundial y la participación en el. En ese momento, pensando en el porque, entendí que había llegado hasta mi máximo, que sin papeles legales, estaba en el punto mas alto al que podía llegar y que Dios me había preparad y me seguía preparando para como Josué sin un arma lograr lo imposible, que en mi caso las vueltas a la muralla ya habían empezado, pero que aun no había llegado a la ultima de ellas.

Si este es tu caso y haz decidido dejarlo todo, porque los resultados han sido los inesperados y sientes que tu esfuerzo no ha tenido fruto, quiero decirte que yo estuve en tu lugar y ahí entendí que no es por mi sino por quien me ha enviado y/o permitido que llegue ahí, que puedo estar en ese lugar y que el que nunca pierde, esta ahí para decirme, tranquilo es solo una batalla y te preparo para la guerra.

DÉJANOS TU OPINIÓN

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *