UNA FAMILIA CON UNA MISION

Por años, las conversaciones mas gratas entre reuniones familiares, describían diferentes escenarios hipotéticos en los que todos reunidos, fuéramos capaces de construir, prosperar y servir al señor, de manera equilibrada y constante.Siempre alentados por lo descrito en Josué 24:15 “yo y mi casa serviremos al señor”. Conversaciones tan repetidas que en ocasiones sin mas hipótesis se tornaban aburridas y molestas.

Recuerdo huir de la clara, tradicional y repetida foto en la que mis padres, mis hermanos, mis tíos y primos. Tornaban todo hacia el tema común, pasando de risas y memorias a el tema único de un grupo familiar que nos reuniera con un solo propósito creciente y continuo, de tal forma en que las disputas, debates, fracasos y victorias se quedaran en casa.

En medio de una familia de negociantes y empresarios, que me habían formado para perseguir mis metas, para vivir de mi trabajo y para encontrar oportunidades de obtener dinero de la nada, me era difícil pensar y entender como todos podríamos unirnos para seguir generando dinero, poniendo nuestras diferencias en medio y haciendo de ellas una oportunidad.

“Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito”.
1 Corintios 1:10

Pase años con la misma pregunta, viendo como cada vez, con el pasar de los años nos encontrábamos mas y mas lejos los unos de otros, nuevas personas hacían parte de nuestra familia, intereses cruzados y proyectos tomaban un lugar en sus vidas. En resumen, la idea se hacia cada vez mas remota.

En medio de ello, los problemas también tomaban lugar, enfermedades y depresiones económicas nos unían de nuevo esta vez vía telemática y nos hacían prometer que lo que había sido una conversación, un día seria una realidad. Sin embargo, cuando todo volvía a la normalidad las buenas intenciones se quedaban en palabras que se llevaba el viento, siendo lo único que permanecía en nosotros el cariño de unos por otros y el deseo de servir al señor.

Así un mutuo deseo se convirtió en una oración compartida, una oración compartida, en el avivar de un grupo empresa, un grupo empresa en múltiples proyectos, múltiples proyectos en las primeras construcciones y las primeras construcciones en lo que parecía un emporio familiar, que llamaba a gritos por el deseo clemente de servir al única que podía haber hecho esta historia, que parecía fantasía una realidad, Dios.

“Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios, que da el crecimiento”.
1 Corintios 3:6-7

Viendo lo que parecía el salir del Sol de una mañana increíble, hoy reunidos todos en lo que llamamos la unión de varias empresas, varios propósitos, varias familias, una sola creencia y ante un solo Dios, queremos compartir contigo lector, que oramos por una persona cuyo hogar este comenzando, cuyos sueños se estén forjando y cuyas expectativas estén apenas formándose, como nos paso a nosotros años atrás, para que venga a la ciudad del Darién, Colombia a plantar una iglesia, en donde podamos asistir. Contando con el soporte económico de todos nosotros y con el apoyo de Dios que ha avivado el sentir en nuestros corazones. Si tu eres esa persona no dudes en escribirnos a direccion@sharinglifeint.com o cristian_restru@hotmail.com .

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