Habiendo decidido dejar de soñar, dejar de creer en que muchas de mis metas de pequeño pudieran hacerse realidad; y viviendo con la menor cantidad de expectativas posibles. Habiendo sacado de mi día a día la calidez que nos hace humanos, para incorporar la pesadez que nos hace discretos e indescifrables. Había llegado a un punto en mi vida, en el que me había hecho indescifrable, pesado e intratable en cientos de áreas.
porque ciertamente hay un futuro, y tu esperanza no será cortada. Proverbios 23:18
Con el control de los que serian mis dias futuros, con todo planeado de acuerdo a mis finanzas y con un ideal de mi capacidad bastante preciso, había escrito mis proximos dias/meses en un planeador, planeador según el cual podría describir con detalle que podía y que no podía hacer, según el cual podía anticiparme a describir el que haría y el cómo lo haría y según el cual me sentía firme ante alguien.
Una capacidad de control del 50%, que había formado según mi conocimiento y capacidad, según lo que podía ver y pensar. Una capacidad de control que me había dejado fuera de lugar en varias ocasiones ya. Una capacidad que me había llevado inclusive a pensar y entender que debía tener una fe tan flexible, como para entender que el mañana podría ser completamente diferente a lo que mi mente dibujaba. Una capacidad de control que solo me decía que pasaría si todo seguiría tal como iba, sin ningún cambio mayor al paso del tiempo.
Dejando pasar los días según este estándar, mis cálculos/pronósticos se vieron afectados de forma constante, por hechos/acciones fuera de mis límites humanos, fuera de lo que describiría como mi capacidad. Fuera de mi capacidad, para mi sorpresa las cosas empezaron a suceder de forma sorprendente una tras otra, empezaron a presentarse de forma consecutiva de una forma tan increíble que mis palabras para describirlo eran “un milagro”.
Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Romanos 8:25
Un hecho en el que mi participación era nula, un hecho que me llevó a entender que no todo sucedía porque yo estaba involucrado, un hecho que me inquieto y me hizo entender que todo a mi alrededor era el resultado de una fórmula que mis ojos y conocimiento no controlaban, el resultado de una fórmula en la que Dios hacía parte de la ecuación, por lo que el resultado no era el conocido, si no que era una sorpresa, un milagro, más allá de mis expectativas.
Fuera de la lógica que acostumbraba a acompañar mis expresiones y mi forma de actuar, soñaba con el presente, sin expectativas del mañana, se convirtió en mi forma de vivir. Algo para lo que no tenía explicación, pero para lo que Dios era necesario, para lo que mi estilo de vida tenía que cambiar y hacerse más tranquilo.