DIOS TRABAJA, CONSTRUYENDO UN HOGAR

Con el propósito de servir al señor, cumpliendo el llamado que nos inspira a caminar en fe cada día, Por segundo año decidimos ayudar y apoyar fundaciones cristianas, con propósito familia en diversas campañas, cuyo objetivo no era mas que compartir del amor de Dios con las personas a su alrededor.

Manteniendo este deseo a flor de piel, en nuestras oraciones cada mañana y permaneciendo a la expectativa de verlo ocurrir. Iniciamos una campaña, cuyos resultados contenían el reto mas grande que en toda nuestra historia habíamos emprendido. Sin embargo, seguimos adelantes, animados a ver a Dios tan presente en nuestro paso a paso, como lo hizo en la historia de Moisés con los israelitas al dejar Egipto, al señalar el camino con una nube en el día y una señal de fuego en la noche.

Sin muchas palabras y manos a la obra, nuestro caminar empezó. Con nuestro corazón dispuesto a bendecir a las familias que Dios había puesto en nuestro corazón. Las sorpresas aparecían, conforme cada visita y los mas bendecidos tenemos que decir, que, a pesar del cansancio, éramos nosotros. De ver en los ojos y los rostros de las personas, agradecimiento.

Las horas pasaron y habíamos visitado mas de 30 familias y sin haber terminado, nuestros corazones ya se sentían inquietos, había nacido en nosotros un nuevo llamado que de manera extraordinaria encajaba con la capacidad extra que nos había sido entregada producto de la campaña de recolección de fondos que habíamos adelantado.

Llenos de preguntas, decidimos esperar y orar pacientemente por entender cual debía ser nuestra acción al respecto, sin dejar nuestro deseo de lado, recibimos confirmación del señor y decidimos afrontar este nuevo llamado al que nombramos “Dios Trabaja, Construyendo un hogar”, en el que nos prometemos construir por etapas, los partes de una casa, de tal manera en que familias de esposos o esposos con hijos, puedan gozar de un hogar.

porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.
2 Crónicas 7:16

De tal manera en que construyamos ladrillo a ladrillo, de la mano de familias y parejas casadas, el lugar que Dios ha escogido regalarles para que junto a sus seres queridos formen un hogar, para que puedan experimentar el amor no condicionado de un Dios vive, que ha dispuesto en nosotros sin objetivo alguno el deseo de servir para su bendición, dichosos y sintiéndonos privilegiados de ser escogidos para trabajar para el Señor.

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